miércoles, 13 de abril de 2011

CUESTIONARIO DE PROUST





Última parte de la entrevista realizada por Ana Ruiz Benítez de Lugo y Comyn a Ruth Tarquini (1944-1996) para la revista Síntesis del Colegio de Psicólogos de Tenerife, julio-agosto 1986.

Cuestionario de Proust
1-¿Cuál es para ti la mayor de las desgracias?:
La injusticia social.

2-¿Cuál es tu sueño de felicidad
La forma en que está planteada la pregunta no me gusta. La felicidad no es un sueño, es algo real a lo que todos podemos acceder. Pienso que el que sueña es el que menos vive y quien no vive no puede ser feliz.

3-¿Cuál es tu principal virtud?
El interés con que trabajo en Psicodrama.

4-¿Cuál es tu mayor defecto?
Ser poco diplomática.

5-¿Qué cualidad admira más en el ser humano?
La sabiduría biológica.

6-¿Con qué defecto eres más indulgente?
Con todos

7-¿Qué don de la naturaleza te gustaría poseer?
Pienso que el ser humano, y yo también por tanto, posee todos los dones de la naturaleza.

8-¿Quién te hubiera gustado ser?
No existe el yo soy en el sentido literal del término, somos el resultado de la integración de nuestras identificaciones con todas las personas con las que nos hemos relacionado. Cuando trabajas psicológicanente para lograr esa integración, descubres quién eres y ya no tienes necesidad de buscar otra identidad.

9-¿Quiénes son tus personajes favoritos de ficción?
Los Gnomos.

10-¿A qué personajes reales admiras?
A Mme. Schehade, que fué la primera que utilizó el objeto intermediario, a Moreno, a Freud, a Reich,en suma, a todas aquellas personas que han realizado cambios innovadores en la comprensión del hombre.

11-¿Quién es tu escritor, pintor y músico favorito?
Músico: Mozart; Pintor: Paul Klee; Escritor:García Márquez; Cine: Fassbinder; Canto: Nina Hagen. Me gusta mucho el arte moderno.

12- ¿Qué detestas sobre todas las cosas?
No hay cosas detestables, es la forma en que uno las interpreta.

13-¿Cómo te gustaría morir?
Conscientemente.

EL MOMENTO: UNA RUPTURA EN EL TIEMPO



Katsushika Hokusai. Cascada de Amida en el Camino de Kiso



El momento es incertidumbre y desvalimiento. No es posible aproximarse al momento con certeza absoluta, con una meta preestablecida, para pensar el momento y tratar de entenderlo debemos interrogarnos de otra manera acerca del tiempo.

No es el tiempo concebido como una línea continua donde pasado, presente y futuro recorren un camino sin fluctuaciones ni bifurcaciones.

No es el tiempo como estabilidad, donde las condiciones iniciales se mantienen inmutables, donde entre el origen o el comienzo de algo y su estado terminal no hay cambios.

No es el tiempo como un parámetro fuera de nosotros mismos.

Nuestra concepción debe variar si queremos definir las condiciones donde se da el momento, el momento no fuera sino dentro de nosotros mismos.
En el momento aparece lo nuevo, lo inesperado, lo imprevisto, lo que no se puede predecir ni anticipar, la dirección no está demarcada de antemano.

La dirección se va creando conforme el acto la recorre, es actividad no impuesta desde fuera sino actividad interna. Movimiento interior que produce inestabilidad, tensión y desvalimiento, estamos ante el vacío.

Este vacío e incertidumbre pueden promover el cambio, la innovación, la transformación o también pueden hacer sucumbir el desarrollo que se había conseguido. Atravesar ese vacío nos puede transformar la realidad que vivimos. Ilusiones que mueren y certezas que plantean nuevos interrogantes

Dejar de ser dios o autómata, como dioses lo controlamos todo y el tiempo no pasa, somos eternos, no hay procesos irreversibles, podemos comenzar de nuevo y estamos más allá de la sombra, nada nos hace sombra. Como autómatas, muertos térmicos, que con la inercia y la repetición para ellos tampoco existe el tiempo, se mantienen intactos, conservados y estables, en un comportamiento periódico como el tiempo que marca el reloj.

Autómatas somos cuando creemos que nuestra identidad es inalterable y la imponemos sin dejar de repetir que nuestro yo es inmodificable.

El momento es la abertura por la que tenemos que atravesar para devenirnos hombres, y descubrir que nuestra vida no trae etiqueta de garantía, que estamos expuestos al riesgo del fracaso y regresaremos a la nada. Atravesar ese vacío, esa abertura, nos habla de que no hay evolución terminada y que no hay futuro que no sea peligroso.

Podemos sucumbir o transformar, el riesgo va unido a libertad, una nueva certeza, una nueva forma, un nuevo valor.

Relacionar el momento con una concepción del tiempo interior. También establecer la relación dentro de la teoría moreniana con el juego a ser dios: la caída en el espacio, la ley de la gravedad con la transformación de la omnipotencia en frustración y la otra caída: en el tiempo, al vacío de certezas, y la transformación de lo absoluto e intemporal en inquietud y desasosiego.

Otra relación con la concepción moreniana de la cultura de la conserva, el hombre robot; no será el más apto el que sobrevivirá sino el más creador.

La adaptación no puede ser mecánica, lo que funciona una vez puede fracasar otra. La vida es un proceso irreversible y la inestabilidad, lo no seguro, el desequilibrio, son una realidad; es para esa realidad que hay que transformarse. El equilibrio hace anularse las diferencias y detener los procesos, el universo moreniano es un universo cambiante, inestable, inseguro, y el hombre deberá buscar en cada situación una respuesta para diferenciarse cada vez más y lograr su coherencia como ser libre.

RUTH TARQUINI
Texto leído en el Encuentro Internacional “El Psicodrama y el Futuro”, Barcelona, noviembre 1988.

jueves, 17 de febrero de 2011

QUE DIFICIL ES




En los objetos
en las fotos
en los papeles que escribo;
algo de mí
quiere permanecer junto a ti,
para aliviarte el camino


Hay algo en el paisaje del rostro
de la primera felicidad
allí donde no había heridas todavía


qué difícil es
percibir el alma
y saber el nombre de la rosa


Ruth Tarquini
8 de julio de 1994
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PSICODANZA